En este escenario se enfrentan una unidad italiana -compuesta por una compañía de motociclistas, dos compañias de infantería, dos secciones de morteros y un grupo de artillería- a una fuerza soviética formada por aproximadamente tres compañías de infantería, dos secciones de morteros y artillería fuera del mapa (3 x 10).

Los soviéticos ocupan posiciones defensivas en torno a una pequeña colina de 20 metros (hex 1004 en el mapa 5), único accidente geográfico del campo de batalla. El dominio de esta colina es fundamental, ya que es el único punto desde el que los líderes soiéticos pueden hacer de observadores de artillería.

Los italianos entran en camiones por el borde oeste del mapa. A partir de cierto punto deben desmontar, ya que son observados por el enemigo y pueden convertirse en blancos de la artillería soviética. Dado que los soviéticos están protegidos en pozos de tirador y los italianos carecen de artillería fuera del mapa, el apoyo de los morteros y baterías de artillería (75/27) italianas es fundamental. Sin embargo, aquí encuentran los italianos el primer problema: sus morteros y cañones, para ser eficaces, deben concentrarse, pero eso supone que pueden ser fáciles blancos de la artillería enemiga. Por ello los italianos optan por desplegar sus baterías y morteros diseminados, uno por hex, lo que disminuye mucho su eficacia.

Los italianos mandan por delante su compañía motociclista, con mejor moral que el resto, para que consiga tomar las primeras posiciones enemigas y conseguir posiciones sólidas lo más cerca posible de la colina. Sin embargo, los morteros y la artillería rusa hostigan el avance enlenteciéndolo. Paralelamente van acudiendo el resto de fuerzas italianas, pero al tener escaso apoyo de fuego indirecto sus progresos son lentos.

No obstante, los italianos avanzan poco a poco, a pesar de sufrir varias bajas. Los soviéticos se ven desplazados de las posiciones del perímetro exterior y se van retirando hasta las inmediaciones de la colina. En los últimos momentos los italianos asaltan una posición enemiga adyacente a la colina, pero los soviéticos resisten.

Al final los rusos consiguen conservar intacta la colina, que nunca ha estado verdaderamente en peligro, y obtienen la victoria.