En este escenario una fuerza alemana compuesta por dos compañías de granaderos SS, tres pelotones de tanques PzIVH, también de las SS, cerca de dos compañías de paracaidistas y ocho pelotones de transportes acorazados SPW 251 atacan una ciudad (Bullingen) defendida por algo menos de tres compañías de ingenieros americanos. La batalla se desarrolla sobre dos mapas. Los americanos deben desplegar todas sus fuerzas al sur de la ciudad, muy cerca de las posiciones iniciales de los alemanes. En consecuencia, los americanos establecen una posición defensiva compuesta por una compañía barreando la carretera de acceso a la ciudad, esperando con ello retrasar el avance alemán y posibilitar la retirada ordenada del resto de sus fuerzas al interior de Bullingen.

Sin embargo, los americanos no han tenido en cuenta que el despliegue alemán se hace a lo largo de todo el frente, avanzando por las alas, con lo que la posición americana en la carretera, en el centro del campo de batalla, corre peligro de verse copada. En vista de ello los americanos se retiran precipitadamente de esa posición, aunque los alemanes consiguen darles alcance y rodear a algunos pelotones, imposibilitando su acceso a la ciudad.

No obstante, el grueso de las fuerzas americanas consigue llegar a Bullingen sano y salvo y se apresta a la defensa ante el inminente avance alemán. A continuación se efectúa un metódico ataque a la ciudad por los alemanes, utilizando como punta de lanza los tres pelotones de blindados. Los alemanes atacan con cautela, ya que para ganar deben conquistar la ciudad en su totalidad sin sufrir más de seis "steps" de bajas. Los atacantes no pueden iniciar asaltos a la ligera, ya que sus enemigos son todos ellos ingenieros y se benefician de un modificador de columna en los asaltos.

Al final la prudente táctica alemana de concentración de fuego sobre un hex de ciudad tras otro para desmoralizar al enemigo y luego asaltarlo da sus frutos y en el último turno los germanos consiguen aniquilar la agónica resistencia enemiga y ocupar completamente la ciudad.

Interesante escenario que demuestra una vez más que en la toma de ciudades debe debilitarse al enemigo antes de asaltarlo.