En este escenario una fuerza conjunta italoalemana, integrada por más o menos un batallón de infantería de cada nacionalidad, ataca a los fuerzas británicas que ocupan el aeropuerto de Sidi Rezegh. Las fuerzas del Eje están apoyadas por artillería fuera del mapa (3 x 10), dos secciones de AT de 37mm (alemanes) y tres secciones de AT de 47mm (italianos). El problema para ellos es que solamente disponen de dos secciones de camiones para transportalos. Los británicos cuentan con aproximadamente tres compañías de tanques "Crusader I" y el apoyo de dos baterías de artillería de 25-pdr, sus correspondientes transportes y una potente artillería fuera del mapa (3 x 13). El problema para los británicos es que solamente tienen un observador de artillería (un capitán), y que eliminado éste la artillería permanecerá muda.

La batalla tiene lugar de día. Los británicos despliegan en torno al aeropuerto. Las tropas del Eje lo hacen en una colina próxima.

Los del Eje inician la aproximación al enemigo y nada más empezar su artillería pone fuera de combate a una batería de 25-pdr enemiga. Poco tiempo después la otra batería también es destruida, con lo que los británicos sólo pueden contar con la artillería fuera del mapa. Los alemanes despliegan y ponen en posición sus dos secciones AT de 37mm y envían los camiones a recoger a los AT italianos y situarlos a distancia de tiro. Sin embargo, el contraataque de una sección de "Crusaders" destruye los camiones, lo que supone que los AT italianos de 47mm permanecerán demasiado lejos e inútiles.

Los del Eje van cercando lentamente a los británicos, que van formando un perímetro defensivo en torno al aeropuerto. La artillería del Eje consigue un gran éxito al aniquilar al observador enemigo, por lo que la artillería británica permanecerá muda a partir de ahora. Los AT alemanes disparan continuamente a los "Crusaders", aunque sin éxito. Sin embargo la artillería fuera del mapa del Eje concentra su fuego sobre los tanques británicos. consiguiendo desorganizar y desmoralizar a algunos. La ocasión es aprovechada por la infantería italoalemana, que asalta las posiciones enemigas. El perímetro defensivo blindado británico es arrollado. La lucha es furibunda, pero los tanques no pueden competir sin apoyo con la infantería enemiga a tan corta distancia.

Al final del turno 13, habiendo perdido el aeropuerto y sin posibilidad de recuperarlo, el comandante británico y los supervivientes se retiran vencidos.