En este escenario una fuerza japonesa compuesta por dos compañías de infantería, tres secciones de morteros, una sección de cañones AA 75/88, una batería de 105 mm y dos baterías de la marina de 150 mm y 120/10, defiende un sector de la costa ante una fuerza invasora americana. Ésta está compuesta por un batallón de marines, con los consiguientes transportes anfibios LVT 4 y cuatro secciones de vehículos acorazados anfibios LVT A1 y LVT A4. Los americanos reciben el apoyo de dos escuadrillas de aviones por turno a partir del turno 5.

Los japoneses defienden especialmente una zona delimitada por la carretera que discurre entre los hexes 0701 y 1213. Los defensores deben impedir el acceso a la zona al este y norte de la carretera citada. Tres campos atrincherados refuerzan las posiciones japonesas.

Los nipones despliegan sus unidades de infantería a lo largo del perímetro, para impedir el acceso del enemigo a la zona. Las dos baterías de costa de la marina se sitúan en terreno elevado, aunque la abundante vegetación limita mucho la visibilidad.

Los americanos se despliegan en los hexes de playa con las unidades de marines ya desembarcadas. Han tenido cuidado de situarse en los hexes de playa situados fuera de la vista de las baterías costeras del enemigo. De lo contrato los vehiculos anfibios habrían sido un fácil blanco.

Una compañía de marines inicia el avance por el sur del campo de batalla, pero pronto es blanco del fuego de oportunidad de una batería costera, que destruye un step y hace retroceder al resto al lugar de partida. En el norte, los vehículos blindadoa anfibios inician el avance hacia el interior, sin reparar en que caen en el ángulo de visión de la otra batería costera japonesa, que rápidamente destruye dos steps de LVT A1 y pone en fuga al resto. Los americanos tiene ya bajas sensibles y el combate no ha hecho más que empezar.

A partir de este momento los marines inician un avance mucho más cuidadoso. Al mismo tiempo entran en acción los aviones americanos, que destruyen una de las baterías costeras. Los marines se introducen en el interior del perímetro defensivo japonés asaltando lenta pero metódicamente las posiciones enemigas. La superioridad numérica y de potencia de fuego siempre está de lado de los marines, aunque los nipones venden cara su piel y siguen produciendo bajas al asaltante.

Hacia el final de la partida los nipones consiguen destruir la octava step de enemigos, con lo que logran su condición de victoria. A partir de este momento los americanos sólo pueden empatar, en el mejor de los casos. Conscientes de ello los marines se lanzan a un ataque a la desesperada con todas sus fuerzas. En el último turno consiguen controlar dos de los campos atrincherados y situar 22 steps no desmoralizadas dentro de la zona que tenían como objetivo.

Por tanto, los marines han conseguido empatar "in extremis", en uno de los combates más ajustados y emocionantes que recuerdo.